En su carta (publicada hoy en El Mercurio), el gerente de Seguridad Vial de Costanera Norte menciona el exceso de velocidad y la ingesta de alcohol como factores relevantes en los accidentes de tránsito, que se producen con una regularidad terrible. En su reflexión, destaca la innovación de la licencia por puntos como una medida que permita crear conciencia en los conductores.
Creo que el sistema por puntos difícilmente cambiará la trágica cantidad y gravedad de accidentes que suceden en nuestro país. La razón es que los conductores serán esencialmente las mismas personas, sin modificar sus habilidades conductivas o malos hábitos. Peor aún, constantemente se integran al universo de conductores jóvenes que deben aprobar exámenes que dejan mucho que desear.
Conozco múltiples casos de irregularidades en la entrega de licencias pero lo más preocupante es la certificación de habilidades. En mi caso, que poseo licencia clase B y C (obtenidas en municipalidades de Santiago con bastantes recursos), el examen práctico jamás evaluó la conducción en una autopista; de hecho, nunca superé los 40 km/h. Para el correspondiente a automóvil, una vuelta a la manzana pasando por 1 semáforo y 2 pasos de cebra, más las maniobras de estacionamiento, fueron suficiente para acreditar mi experticia a los ¡17 años! Y para moto fue peor, pues no salí a la calle y el "examen" consistió en repetir un circuito de unas decenas de metros alrededor de unas palmeras, en una explanada de maicillo. Ni hablar de conducción nocturna o en condiciones adversas.
Resulta evidente que el modelo de certificación que se usa hoy es insuficiente para asegurar la calidad de los conductores en un país que ha multiplicado varias veces su parque automotor, y que ha cambiado sus vías de transporte de calles locales a autopistas de alta velocidad. Sería interesante evaluar si son las municipalidades las entidades idóneas para otorgar las licencias, así como conocer la tasa de aprobación de los exámenes prácticos, teóricos y médicos.
Las últimas medidas propuestas por autoridades se han centrado más en la modalidad de sanción (e.g. "carnet por puntos", fotorradares) a los conductores en vez de evaluar cuán preparados están estos para ejercer la responsabilidad (cada vez mayor) de conducir en la vía pública.
El objetivo de los procesos de habilitación y sanción es lograr que sólo conduzcan los que logren demostrar un adecuado dominio del vehículo de transporte respectivo, junto con poseer los hábitos que reflejen un respeto por las otras personas -tanto peatones como conductores-. Mientras la mayoría siga siendo deficitaria en esos aspecto, es poco probable que disminuyan las tasas de accidentes.
jueves, diciembre 17, 2009
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5 comentarios:
Muy de acuerdo contigo en lo principal, se debe ser más estricto e invertir un poco más en ello, pero sepamos que no es la prioridad de las Municipalidades, eso está claro. Pero, si creo que es bueno que organismos descentralizados (como la Municipalidad) aprueben las licencias, y creo que cada vez más es menos engorroso su entrega, y eso es bueno. Aunque se debe fiscalizar mejor de todas maneras. Respecto al sistema de puntos, es a mi modo de ver el mejor sistema. Lo que yo creo es una buena idea, es que las Municipalidades que quieran, cobren un impuesto especial, un gravamen, o busquen alguna forma de financiar el transporte privado/público dentro de la misma municipalidad en la noche cuando no pasan micros, metro, etc. para evitar accidentes nocturnos. Saludos.
También estoy bien de acuerdo con el análisis, de que el carnet con puntos es una medida que no ataca el problema de fondo, la nula preparación o incluso negligencias que se dan para la obtención de la licencia (también conozco casos peores que el tuyo).
El tema complicado es la solución, porque si pensamos en un sistema en el se certifique 100% el correcto manejo, se me ocurren al menos 2 cosas que necesitarias:
1.- Un sistema de cursos donde se pueda aprender todo lo necesario. (tendría que ser público, o subsidiado para que todos puedan acceder a él)
2.- Una rigurosa evaluación, que sería bastante más costosa que la que existe hoy, que sea valida por 10 años.
Imaginemos que la cantidad de usuarios sea 5 millones y que el costo de un curso tendría que ser de al menos 150 mil pesos. (ya que el curso de 100 mil pesos del automóvil club no asegura un gran aprendizaje)
Si un quinto de los usuarios actuales necesitara el curso, serían unos 150 mil millones base (US$ 300 mill) para capacitar los usuarios actuales. (sin considerar los 500 mil test de certificación al año [US$40 mill] y los cursos para nuevos usuarios cada año[US$ 60 mill])
Poniendo el argumento de que se salvarán vidas humanas, claramente siempre se podrá justificar. Pero mirándolo desde el lado de una política pública, se complica el tema, considerando que la prioridad del presupuesto es en educación donde se asignan poco más de US$ 4.000 mill (20% gasto de gob).
Para volver, creo que es una medida parche, pero la mejor alternativa que existe en Chile dado nuestro nivel de desarrollo. Las prioridades tienen que estar puestas en educación, salud, vivienda, empleo e innovación. Creo que difícilmente entrará con esa fuerza necesaria la agenda de las licencias de conducir, para obtener un 2% del gasto público.
De todas maneras es muy válido el debate al respecto...
Saludos!
Totalmente de acuerdo y no siendo experto en el tema , pero si con algo de sentido común , cosa que a nuestros legisladores desgraciadamente les falta , sino se ataca el problema de fondo difícilmente puede haber solución .
Por lo anterior solo dos ideas
1.- No es posible ni sano, que las Municipalidades otorguen las licencias de conducir, ya que entre más licencias otorguen más dinero recaudan, esto es como dejar al gato a cargo de la carnicería.
Tiene que existir un ente distinto, autónomo, quien evalúe al futuro conductor.
En Chile el tener licencia de conducir es un derecho y eso no es correcto.
2.-Me parece bueno un sistema de puntaje para las licencias , con la sola excepción , de a quienes sean sorprendidos bajo efecto del alcohol o drogas , la sanción debe ser drástica y radical por ejemplo , quitarle la licencia , si es la primera vez , por lo menos por 6 meses reteniéndole el auto que manejaba no importando de quien sea este , por el mismo tiempo .
Si es reincidente, se le debe quitar la licencia de por vida y porque no una pena de cárcel.
Con lo anterior no solo se esta cuidando la vida del infeliz que anda manejando, sino que estamos cuidando la vida de muchos.
Las leyes deben ser duras y se deben cumplir, mas, cuando existen personas que pueden por su irresponsabilidad matar a inocentes.
No estoy de acuerdo con Rafa respecto de ocupar alguna pena de cárcel. La cárcel no es cualquier cosa, y la pena debe ser siempre la última herramienta a ocupar cuando el Estado interviene, no sería prudente usarla en estos casos creo yo. Y estoy muy de acuerdo con Jackson, aunque todos esperamos un mejor sistema, y más fiscalizador, hoy día no es, y no puede ser una prioridad para las Municipalidades, y para el gobierno menos, que no quiere adueñarse de un cacho más (entre más descentralización mejor! que lo haga una empresa que sea economico o las Municipalidades)
La carta fue publicada hoy (domingo) en
El Mercurio.
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